Estudiante de la UdeC diseña concreto con resinas y vidrio
*Por sus características podría ser usado en losas ligeras, muros traslúcidos de no carga que permitan el paso de la luz, así como en señalamientos viales, tanto en la ciudad como en carretera.
Roberto Enrique Ramos Rivera, estudiante de la maestría en Ingeniería de la infraestructura de la Facultad de Ingeniería Civil de la Universidad de Colima, campus Coquimatlán, diseñó un concreto polimérico con una mezcla de resina y residuos de vidrio que, por su composición, puede ser usado para elaborar losas ligeras, muros traslúcidos de no carga que permitan el paso de la luz y disminuyan el uso de energía eléctrica y como señalamientos viales nocturnos, tanto en la ciudad como en carretera.
El nombre de su proyecto de tesis es: “Propuesta de elaboración de un material constructivo a base de resina polimérica y fragmentos de vidrio reciclado. Cuantificación de externalidades en el medio ambiente y la salud”, con el que busca, además de ofrecer una alternativa para la elaboración de concreto, contribuir con el reciclado del vidrio.
“Buscamos una alternativa que se desempeñe de manera similar al concreto convencional, compuesto por cemento, grava, arena y agua. Hicimos pruebas con distintos tipos de resinas y evaluamos los puntos negativos y positivos. El núcleo de nuestro concreto es la resina, que puede llevar otro material; en este caso decidimos que fuera el vidrio (que sustituye a la grava y la arena) porque es más fácil de conseguir y porque es un material que se puede utilizar infinitas veces; pero además, cuando éste se tritura en partículas pequeñas, es más resistente que cuando está en ventanales o vasos”, explicó en entrevista.
La resina, explicó, “es un líquido de viscosidad media y necesita un catalizador que genere una reacción química, con la cual el material libera calor, comienza a fraguar y se endurece; si ese proceso lo combinamos con otros materiales, como el vidrio, lo hace más resistente”.
Ramos Rivera dijo que hicieron tres tipos de pruebas; la primera fue para comprobar su efectividad y resistencia; “es muy resistente, uno puede preparar las probetas y en menos de 24 horas en que pusiste la mezcla de la resina, el catalizador y el vidrio, lo puedes desmoldar y tener una resistencia de entre el 80 y 90%. Un concreto normal tarda cerca de 14 días para tener del 70 al 80%”.
En la segunda prueba se utilizó una resina de cristal para explorar usos alternativos de muros que no son de carga y que podrían ser utilizados para los detalles arquitectónicos, dejar pasar la luz y ahorrar energía. La prueba final se realizó para ver cómo podría utilizarse en señalamientos viales, tanto en la ciudad como en carretera, esto gracias a un compuesto químico luminiscente que se le agrega a la matriz polimérica.
“Imaginemos que, entre el machuelo o la barrera central existiera una loza de este material. Gracias a su luz ayudaría a visualizar la carretera, ver las curvas, tanto en el día como en la noche debido a su doble función de transparencia y fosforescencia. Nuestras pruebas dieron como resultado que la luz emitida por estos materiales es perceptible al ojo humano por períodos de al menos 12 horas y su tiempo de vida podría ser de cuatro años”, explicó.
Finalmente, el Dr. Oliver Mendoza Cano, profesor investigador y asesor de Enrique Ramos, invitó a los estudiantes a que se sumen a este tipo de investigaciones “para generar alternativas de materiales”, ya que “es nuestro deber darles las herramientas y oportunidades para hacer cosas en la Facultad y en otras instancias que beneficien a la sociedad”.