Domingo 24 de Noviembre 2024 09:27:55 AM

Volverse a enamorar de lo tangible, propone Emmanuel Tanús

*Emmanuel Tanús expone actualmente 40 grabados en el Museo Universitario de Artes Populares “María Teresa Pomar”, elaborados en técnicas como xilografía, aguafuerte, linografía, punta seca y la litografía.

Cuenta Emmanuel Tanús, artista gráfico de Puebla, que al conocer algunas imágenes generadas por computadora, en cinco segundos, le parecieron bien hechas, pero una vez que las analizó “me di cuenta que son imágenes sin alma”.

Ésa, agregó, “es la gran diferencia entre las tecnologías y lo que se crea con nuestras manos, cuando te ensucias de pintura, cuando te equivocas o cuando no hay vuelta atrás en un error que cometes al trabajar una placa . Ese error humano, que no lo tiene la tecnología, es el que para mí vuelve más interesante un trabajo y lo hace tener alma, ser único”.

Emmanuel Tanús expone actualmente 40 grabados en el Museo Universitario de Artes Populares “María Teresa Pomar”, elaborados en técnicas como xilografía, aguafuerte, linografía, punta seca y la litografía, con temas que visibilizan a la gente en sus oficios, a los y las trabajadoras y a quienes no tienen voz.

Su exposición “Decir con tinta”, con la que se abre al público este museo luego de sufrir algunos daños con el pasado sismo de septiembre, fue posible gracias a la colaboración entre Caracol Gráfica y la Universidad de Colima.

En entrevista, Emmanuel Tanús comentó que no está peleado con la tecnología. Él mismo promueve su obra a través del Instagram y de videos en YouTube; “hay que tomar las tecnologías como herramientas; a mí me han servido para vincular a personas que no sabían lo que era un grabado y que ahora ya están interesadas. La tecnología no es una enemiga, sino una aliada”.

Le gusta trabajar el grabado porque le permite no sólo involucrarse con técnicas tradicionales y antiguas, sino ensuciarse las manos de tinta y saber que no existe un Control Z para eliminar un error; “en el grabado encontré lo que buscaba: la experimentación incluso a un nivel de alquimista, de tener que utilizar barnices y ácidos para grabar las placas”.

Le gusta la palabra grabar, “que es incidir, dejar una marca imborrable en una plancha; si lo piensas de manera literal es interesante, pero si lo haces de manera metafórica es mucho más interesante aún, porque estás dejando una línea que puede trascender toda la vida y más allá de tu existencia”.

Afirma que las imágenes logradas con el grabado “tienen mucha fuerza, eso permite retratar características particulares de ciertas personas o de situaciones que han ocurrido. En mi caso, trato de retratar a la gente que trabaja, a la señora con el metate y el metlapil, que son elementos que ya casi no se utilizan, al zapatero y al afilador. En el caso del tema social, abordo la búsqueda de desaparecidos, aunque no me he encaminado al cien por ciento en este tema, pero sí me gusta observar y denunciar ciertas situaciones a través del grabado”.

Al preguntarle si los artistas aún son necesarios en los tiempos actuales, donde las redes sociales mantienen fijas a las personas en sus celulares, dijo que precisamente es una época como la nuestra la que más necesita de los artistas; “es cuando más deberíamos de tomar la responsabilidad sobre ello y crear imágenes que hagan a la gente salir de su casa, dejar la computadora un rato, visitar espacios como el museo y volverse a enamorar de lo tangible, no sólo de lo digital”.

A las y los nuevos artistas, les dice que al crear “lo más importante es la honestidad, que lo que hagas sea congruente con tu persona, con quien eres y lo que quieres decir. También la constancia; creo que si hay algo que me trajo a Colima y que me ha llevado a otros lugares a mostrar mi trabajo ha sido la constancia, el ser muy necio y tratar de buscar estos espacios para dar a conocer lo que estoy haciendo, y además hay que estudiar, porque es importante que las imágenes tengan un trasfondo, no que nada más sean superficiales.

Emmanuel Tanús ha expuesto de forma individual en Oaxaca, Puebla, Las Vegas, Guadalajara y ahora en Colima. También en colectivas de grabado y cartel, en bienales y museos de México y otros países.

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