Lunes 31 de Marzo 2025 06:24:24 AM

Conversatorio Activismos curatoriales aborda resistencias y desigualdades en el arte, desde una perspectiva feminista

*Participaron Mine Ante, productora artística y profesora en la Facultad de Artes y Diseño de la UNAM, y Tita Ochoa, curadora del museo universitario.

Como parte de las actividades por el Día Internacional de la Mujer, el Museo Universitario Fernando del Paso de la Universidad de Colima realizó el conversatorio en línea Activismos curatoriales: Procesos de resistencia, visibilidad y empoderamiento. Participaron Minerva Mine Ante, productora artística y profesora en la Facultad de Artes y Diseño de la UNAM, y Tita Ochoa, curadora del museo universitario.

Al evento se conectaron estudiantes de Periodismo de la Facultad de Letras y Comunicación, así como personas interesadas en la trayectoria artística de las ponentes y en los temas de arte, género y cultura.

Durante su intervención, Mine Ante destacó que dedicarse a la producción artística no es un camino sencillo. Afirmó que, aunque el arte puede ser una experiencia liberadora y poderosa, el acceso a los espacios de exhibición suele estar mediado por dinámicas de exclusión. “En México, como en muchos otros países, el campo artístico está atravesado por mercados, cánones, hegemonías, aparatos legitimadores, exclusiones, violencias, desigualdades e injusticias”, expresó.

Ante señaló que, debido a la falta de oportunidades y recursos, muchas artistas deben aprender a gestionar sus propios proyectos, buscar financiamiento y establecer redes de colaboración con curadores, museos y espacios independientes. Agregó que las mujeres provenientes de contextos menos privilegiados enfrentan mayores obstáculos para ingresar al circuito artístico.

“Nos hemos dado cuenta de que dedicarse al arte —ya sea en el ámbito de las letras, las artes visuales, la danza o el teatro— implica aprender saberes que van más allá de los conocimientos técnicos o disciplinares. También conlleva adquirir herramientas para la autogestión y la resistencia”, subrayó.

Además, propuso repensar las herramientas del arte, la curaduría y la “curandía” —término que evoca una forma de curaduría desde lo sensible y lo comunitario— como espacios para la toma de decisiones, la gestión, la reflexión crítica, la investigación y la acción.

La artista también elogió al Museo Universitario Fernando del Paso de la Universidad de Colima, al considerarlo uno de los pocos museos que ha apostado por la pluralización del campo artístico, promoviendo la inclusión y la incorporación de discursos diversos.

En este contexto, citó al curador y crítico peruano Miguel A. López, quien ha analizado los prejuicios históricos hacia las mujeres en el arte. “Se dice que las artistas mujeres trabajan con materiales de baja calidad, o que abordan temas poco universales por ser ‘domésticos’ o ‘locales’”, explicó. En su ensayo Feminisms and the Curatorial (2014), López cuestiona por qué temas como la violencia, la maternidad o la menstruación —explorados por mujeres y disidencias sexogenéricas— se consideran menos universales que mitos clásicos como el de Sísifo empujando una piedra.

También hizo referencia a la teórica del arte y curadora estadounidense Maura Reilly, quien en su libro Curatorial Activism: Towards an Ethics of Curating (2018), propone tres estrategias de activismo curatorial: el revisionismo, los estudios de área y el activismo en el mundo del arte. Estas estrategias cuestionan cómo la historia del arte ha sido escrita desde una perspectiva hegemónica, blanca, masculina y occidental.

Como ejemplo de esa exclusión, mencionó el libro La historia del arte, de E.H. Gombrich —uno de los más leídos a nivel mundial—, en el que no aparece ninguna mujer artista, ni representaciones de personas LGBTQ+, indígenas, racializadas o de clases populares. “El revisionismo nos invita a ver quiénes han hablado a través del arte, qué han dicho y cómo lo han hecho, especialmente en contextos como el latinoamericano. Debemos dejar de mirar únicamente el arte europeo que aparece en los libros de historia que solemos comprar en las librerías”, expresó.

En cuanto a los estudios de área, precisó que se centran en comunidades históricamente excluidas del ámbito artístico, como las mujeres. Citó un estudio realizado por la UNAM sobre la representación femenina en sus propios museos: en el Museo Universitario de Arte Contemporáneo (MUAC), el 60% de las obras exhibidas pertenecen a hombres y solo el 14% a mujeres; en el Museo Universitario de Ciencias y Artes (MUCA), el 63% corresponde a hombres y el 37% a mujeres.

Finalmente, se refirió al activismo en el mundo del arte, entendido como una forma de crítica relacional que considera no solo qué se produce, sino también quién lo produce, desde qué lugar, con qué historia y desde qué posición social. “Se trata de preguntarnos qué se está proponiendo como proceso creativo, quién lo expresa y desde qué experiencia o narrativa lo hace”, concluyó.

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